¨La risa, remedio infalible¨

 Famoso espacio de las Selecciones del Reader’s Digest


Cuando era niña, mi casa estaba repleta de ediciones de las Selecciones del Reader’s Digest. Recuerdo que me encantaba leerlas y disfrutaba muy especialmente del conocido espacio, “La risa, remedio infalible”.

Siempre me gustó reír. Creo que la risa es sana para la vida y a su vez, sana la vida.

Mucho se ha estudiado desde el punto de vista científico, acerca de los efectos de la risa, el buen humor, la felicidad y estados relacionados. A pesar de que es relativamente reciente la notoriedad y visibilidad de estos temas debido a su repercusión en el bienestar humano, lo cierto es que existen registros de su estudio científico desde comienzos del siglo pasado y su práctica para el bienestar general, es ancestral.

Los científicos han encontrado que en nuestro cerebro ocurren cambios neurobiológicos que impactan en todo el organismo y avalan los efectos de la risa y el humor, en la construcción y mejora de las relaciones humanas, por ser claves en la comunicación. 

Comprender y poner en práctica la base científica de estos cambios y efectos, es el sustento de muchas de las herramientas y fundamentos utilizados en Coaching y Programación Neurolingüística (PNL).

William McDougall (1871 – 1938), fue un sicólogo estadounidense que en 1903 contribuyó de manera significativa a la teoría del desarrollo de los instintos y la sicología social, publicando su Teoría de la Risa en la prestigiosa revista de divulgación científica, Nature (1). Hace más de 100 años McDougall hacía referencia allí a ¨la extensa literatura acerca de la naturaleza, causas y efectos de la risa, así como de sus usos, origen, desarrollo y su futuro en la raza y en el individuo¨. Sin dudas, su importancia parecía ya muy relevante en aquella época.

Por su parte, es a Robert Provine (1943 – 2019) a quien se atribuye una investigación realmente exhaustiva sobre el tema. Provine fue sicólogo y ayudante de dirección del programa de neurociencia de la Universidad de Maryland y abordó la temática a punto de partida de un brote epidémico de risa en la República de Tanganika en 1962 (que actualmente corresponde a Tanzania).

Este brote comenzó en la población femenina de entre 12 a 18 años de edad de un colegio misionero y fue tan severa que se expandió a diferentes poblados, impactando en un rango etario desde población infantil hasta adultos jóvenes. Ello requirió el cierre masivo de escuelas durante un período que duró en promedio un año, dado que a la población afectada le era absolutamente imposible enfocarse para realizar sus tareas.

Provine postuló, que la risa podría ser una forma ancestral de comunicación. Por su parte, la Dra. Sophie Scott (2) profesora de neurociencia cognitiva del University College of London, también concuerda con este postulado, ya que el acto de reír nos permite acceder a un sistema evolutivo muy antiguo que los mamíferos hemos transitado para crear y mantener vínculos sociales y regular emociones, con el propósito de sentirnos bien.

Cuando el hombre cambió su forma de locomoción de cuadrúpeda a bípeda, liberó su tórax de la función de soporte que ejercía y este paso fue crítico para desligar la respiración, de la carrera, y proporcionar así al ser humano un control flexible de ella, tanto para el lenguaje como para la risa.

Provine encontró además, que las mujeres ríen más que los hombres y que los humanos somos 30 veces más propensos a reír cuando estamos acompañados que cuando estamos solos.

Otros científicos han encontrado que los efectos beneficiosos de la risa están dados porque ¨se estimulan múltiples sistemas que decrecen los niveles de hormonas del estrés, como el cortisol y la epinefrina e incrementan la activación del sistema de recompensa dopaminérgico mesolímbico (3)¨. 

La risa también constituye un mecanismo de defensa que los seres humanos invocamos para lidiar con la ansiedad. Ser capaces de reír en eventos traumáticos de nuestra propia vida, no hace que los ignoremos, sino que parece prepararnos para soportarlos (4),(5). La risa y el humor se consideran actividades que fomentan el bienestar personal, el saborear (savoring) y la promoción de los estados de flujo (flow)¨(6)  debido a sus resultados a nivel fisiológico y sicológico.

Resulta bastante claro comprender la trascendencia de mantener estos estados internos que contribuyen al bienestar integral de las personas. ¿Y de qué manera utilizamos toda esta información en coaching y PNL al servicio de las personas? Acompañándolos a conectar con estados internos potenciadores para lograr los resultados que desean.  

Aunque hay variaciones individuales por supuesto, generalmente un estado interno potenciador de resultados tiene cuotas importantes de tranquilidad, seguridad, autoconfianza, claridad mental, actitud, mentalidad de éxito y buen humor. Y ya vimos cómo el buen humor y la risa disparan mecanismos biológicos que nos predisponen de manera positiva. Lo inverso también ocurre.

¿Qué vas a hacer hoy para cubrir tu cuota diaria de risa?

No se trata de magia. Es biología pura.

Bibliografía

(1) Teoría de la risa – Nature. 67, pages 318–319(1903)

(2) ¿Por qué reímos? – TED Talk Dra. Sophie Scott, 2015

(3) Humor, laughter, learning and health! A brief review – Advances in physiology education, 2017 Sep 1;41(3):341-347.

(4) How laughter can help build resilience – Psychology Today, Jan 23, 2011

(5) Humor in the Age of COVID-19 Lockdown: An Explorative Qualitative Study – Psychiatria Danubina, 2020 Sep;32(Suppl 1):15-20.

(6) Laughter and positive therapies: modern approach and practical use in medicine – Revista de Psiquiatría y Salud Mental. 2010 Jan;3(1):27-34.

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